La fiebre, el frío y la larga espera valieron la pena, U2 hizo de las suyas y le brindó a casi 50 mil almas el mejor de los espectáculos jamás antes vistos en esta ciudad. Y es que todos los elementos de este concierto lograron conjugarse a la perfección: las luces, el sonido, las monumentales pantallas y por supuesto, el incuestionable talento de la banda que sin duda nos hizo vibrar de emoción y euforia a todos los presentes.
Ante este derroche de talento no podía faltar la parte humana que caracteriza a la agrupación. "Miss Sarajevo" fue el tema que tocó a todos los espectadores, ya que la letra de esta canción y las proyecciones en la pantalla enmudecieron al estadio, que atentamente observaba y leía los primeros 6 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Invitaciones a la tolerancia se hicieron evidentes con"Love and Peace or Else" cuando aparecieron los símbolos de las tres grandes religiones monoteístas formando la palabra "Coexist", mismos que Bono portaba en una banda blanca que alguien del público le obsequió y que posteriormente ató a su cabeza. Pero tal vez el momento cúspide de "la causa U2" fueron las palabras de Bono como preámbulo del tema "One":
"La gente dice que no se puede cambiar al mundo, yo no puedo, tú no puedes, The Edge no puede, pero sí podemos si actuamos todos como uno".Fue impresionante escuchar a todos los presentes cantar al unísono los coros de "With or without you", "But I still haven´t found what I´m looking for" y el inesperado pero bien recibido "Cielito lindo", que más tarde fue coreado por todos para invitar al grupo a que nos deleitara una vez más con su música.
Este concierto fue para mí el más esperado y ciertamente el que más he disfrutado. Indudablmente el evento superó mis espectativas, lo único que faltó fue cantar "The Sweetest Thing", pero bueno eso ya es meramente secundario. De todas maneras, lo que pueda yo platicar sobre el concierto no será suficiente para describir la gran emoción de haber estado ahí.
